jueves, 8 de mayo de 2008

LOS SABINOS Y ESCULAPIO

Se comenta con perplejidad estos días por el foro el método con el que los sabinos escogen a sus médicos. Pues parece ser que a los sabinos no les importa si estos médicos están versados en las enseñanzas de Galeno o se conocen de corrido el Corpus Hipocráticum, sino que lo único que les interesa es que dominen la lengua sabina. Y esto resulta singular, pues cabría pensar que es más importante saber detectar rápidamente dolencias y enfermedades que el nombre que éstas tienen en sabino, e igualmente que es más importante dominar técnicas de curación que saber cómo son llamadas en esa lengua. Y así, continuando con los ejemplos, podría pensarse que si se necesitara una trepanación lo más importante sería tener a mano un médico hábil en esos métodos, pero ante esto los sabinos se ríen y afirman que nadie puede dar a ellos lecciones en el arte de las trepanaciones, y aún de las lobotomías colectivas.

Y hay quien opina que para los sabinos, como los samnitas, la lengua es la principal herramienta que usan para diferenciarse del resto de los romanos, y que tienen el propósito de acabar creando tales diferencias que la separación de Roma acabe viéndose como la única alternativa natural. Y en esto cuentan con la complicidad del Emperador, para quien Roma es un concepto que se discute y debe ser discutido, y a quien le parece mucho más acorde con la modernidad de los tiempos dividir a Roma en partes y que luego éstas firmen un foedus asimétricus. Y ya se ha empezado a recorrer el camino en esa dirección, y los samnitas aprobaron recientemente un estatuto que, en opinión de algunos, viola descaradamente lo establecido en la Ley de las XII Tablas, máxima ley de Roma. Pero ya se comenta que la jurista encargada de defender esta norma, que pertenece a la gens Emilia y es de nombre Domus, está dispuesta a mirar a otra parte y dar por bueno lo aprobado por los samnitas. Y el procónsul, que antes se oponía tenazmente a este proceso de desintegración parece que poco a poco empieza a mirarlo con simpatía.

3 comentarios:

Callo Tácito dijo...

Recupero aquí unas notas que estaban colgadas en el último comentario para que Tulia Germánica no proteste y argumente, con su vehemencia habitual, que no se le ha dado oportunidad de defenderse.

C.T.

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Apóstolos Genitalis dijo...
Ave crem, Callo.

De vuelta de la Ínsula de la Calma ya estamos en tierra firme, suponiendo que se pueda llamar firme a una tierra donde nada es seguro y todo discutido y discutible.

En cualquier caso en esa isla pasan cosas muy raras. Asombrados estamos aún Claudia Bólica y yo de que el gran Callo salga de marcha el viernes, rompiendo todas las tradiciones, con zumo de zanahoria. Más aún lo estamos de que Tulia Germánica baile extrañas danzas en Jerez, de clases de un extraño juego que consiste en lanzar una pelota una y otra vez por encima de una red de pescadores, y meta los muslos en la thermomix.

Pero ni Claudia ni yo nos libramos de hechos tan inauditos: ayer pesqué una sepia delante de nuestra villa utilizando para ello esa extraña embarcación llamada kayak, regalo que me trajo Claudia Bólica de uno de sus viajes a tierras del norte. He de decir que la sepia, que esparció su tinta profusamente tanto por el kayak como por mi ropaje, fue inmediatamente devorada y estaba muy sabrosa.

Hoy, de camino a embarcar en nuestra nave, nos hemos visto extrañamente abducidos por una fuerza invisible y hemos acabado regalando nuestra cuadriga (cojonuda y en casi perfecto estado de revista) a un desguazador de cuadrigas, de modo que hemos llegado al puerto en una cuadriga de alquiler y ya no tenemos cuadriga en la ínsula.

Con todos estos acontecimientos tan portentosos el hecho de que el mismísimo Cucumbero Albo condene la defenestración de Zaplanio y Acebo cuando tanto clamó y conspiró contra ellos me parece, francamente, de lo más normal.

Corren tiempos extraños, también en tierra firme.
7 de mayo de 2008 23:34
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Callo Tácito dijo...

Salve Apóstolos.

De las rarezas de Tulia Germánica poco puedo decir, salvo recordarte que proviene de una estirpe de bárbaros de más allá del Rhin y que todo esto que a nosotros nos parece prodigioso, como las danzas saturnales en Jerez y la ofrenda de los muslos a la diosa Thermomix, debe de ser allí normal, y esto es una carga que debo sobrellevar con paciencia. De lo que sí quiero defenderme es de la acusación, que ya me temía que saldría a la luz más temprano que tarde, de consumir brebajes hortofrutícolas en las salidas nocturnas. Y debo decir en mi defensa que esto no es lo habitual en mi, que en ese caso me vi cautivado por su color fluorescente, tan ajeno a los naturales colores de los ingredientes que decía contener y que me sentó tan mal como si hubiera ingerido un tonel entero de acqua-vitae. Permíteme por último prevenirte en contra de esas extrañas sepias que aparecen en mitad de la bahía, pues pueden ser agentes de Cucúmbero Albo metamorfoseados para la ocasión por la Sibila de Cumas, como ya ocurrió en cierta ocasión cuando fuiste atacado por un ser con apariencia de medusa que dejo graves señales en tu rostro.

Vale C.T.
8 de mayo de 2008 10:13

Anónimo dijo...

Pues hala, ahora por poner en duda mis extrañas costumbres os quedáis sin mis muslos. La próxima vez que Callo os proporcione un manjar derivado de los productos de la huerta que tanto gusta de consumir (y que conste que la Diosa Thermomix prepara una sepia en su tinta de rechupete!!! (sin intervención de ningún muslo!))

Apóstolos Genitalis dijo...

Ay Tulia, Tulia.

Productos de la huerta, sopas de pescado, muslos, gambas, promesas de grandes ágapes que no se materializan... Claudia y yo empezamos a temernos que todo es una gran farsa.

Sin embargo la sepia era real.