viernes, 12 de septiembre de 2008

SUMARIO HEBDOMADARIO

Esta semana también se ha hablado con profusión de los siguientes asuntos:
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Un iudex de Toletum ha sido reconvenido por mostrar reiteradamente una conducta que se ha considerado incompatible con la dignidad de su cargo. Este iudex, llevado por su austeridad, renunciaba a realizar las abluciones diarias en su domus, por lo que impregnaba el tribunal de un olor peculiar que sus escribas, menos austeros que él, se resistían a admitir con ecuanimidad. Además, por economía procesal, simultaneaba la evacuación de sus asuntos jurídicos con la de su propio organismo, y acostumbraba a dictar sus resoluciones mientras obraba en el mingitorium, lo que dificultaba a sus escribas la correcta audición del veredicto y posibilitaba fallos en las transcripciones.

Quizás inspirado por las prácticas de Esculapio, y pensando que una buena sangría contribuye a sanar un organismo enfermo, el ecónomo del Emperador, ha manifestado que la quiebra que, cómo negra nube de tormenta, se cierne sobre Roma puede contribuir a sanar su economía. Y esta manera de pensar parece ser acorde con la del Emperador, que tiene por costumbre no embarcarse con capitanes permanentemente agobiados por las galernas y otras inclemencias sobre las que, a fin de cuentas, no se puede actuar, prefiriendo a aquellos que muestran una sana despreocupación.

Abiectus Arzaius, el patriarca heptamilenario de los sabinos, ha manifestado que la etapa más feliz de su vida fue aquella en la que pactó abiertamente con la infausta banda de asesinos sabinos que, desde hace décadas, cubre de dolor a Roma. Y puesto que la actitud de Arzaius ha sido de permanente alineamiento con esos asesinos, y lo único a lo que renunció al realizar el dicho pacto que tan buenos recuerdos le proporciona ahora es a la ocultación, cabe concluir que lo que al espíritu de Arzaius desagrada no es el asesinato sino el disimulo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Admirado Callo,
Dicen que los asesores del Emperador que inventaron una bebida para el referendum y unas zapatillas para buscar piso, han patentado ya la marca de productos de limpieza "Mister Solber".

Aguijón dijo...

Querido Callo,
Es encomiable el resumen hecho.
Tremendos estos tres casos de la mas plena atualidad del Imperio.
Uno un puerco.
Otro un pésimo médico, por sus recetas.
Y el tercero un olvidadizo, no recuerda cuando rezaba poe el Emperador Franco.
Salve,

Callo Tácito dijo...

Querida Striostrea, este “Mister Solber” es un producto de limpieza bastante corrosivo: la última vez que se encargó de las finanzas de Roma dejó un agujero insondable.

Estimado Aguijón, quizás sea normal que la memoria del patriarca de los sabinos flaquee después de 7000 años.

Ave.

Anónimo dijo...

Ave crem, admirado Callo.

Ante el galopante deterioro de mi salud, y también de la del Imperio, he estado recluido y, laus Deo, casi totalmente incomunicado durante todo el estío en mi humilde choza situada la falda de las montañas, cerca del Mare Cantábrico.

Mi vuelta a la capital del Imperio y la lectura de sus epístolas no hace sino ponerme los pilus como clavus. El Emperador, Cucúmbero Albo, el iudex, el ecónomo, el pater Arzaius... cuanta estulticia y cuanta maldad puede el homo soportar sin llegar a la dementia? Me dan ganas de salir corriendo camino de mi choza, aunque sea claudicando y con un báculum, para no volver jamás.

Salve.