Ave atque vale
viernes, 30 de mayo de 2008
Ave atque vale
miércoles, 28 de mayo de 2008
PANTA REI
Y es que las cosas se han vuelto muy turbias dentro del bando del procónsul, y parece haberse abandonado el recurso a la razón para disipar las tinieblas. Y así por ejemplo, uno de los argumentos empleados para defender al procónsul consiste en afirmar que hay volver a las posiciones mantenidas cuando Josué el aznarita regía los destinos de Roma, como si los detractores del procónsul las hubieran abandonado para ocupar otras más extremas. Y esto resulta difícil de entender, porque si se hubiera producido este alejamiento habría tenido que ser bajo la dirección del propio procónsul. Y otro argumento usado para atacar a los que ahora critican al procónsul, consiste en afirmar airadamente que antes lo apoyaban, eludiendo que la causa de la crítica está, precisamente, en el cambio efectuado por el procónsul, y presentando a los actuales detractores como si fueran éstos, y no aquél, quienes hubieran mudado de opinión.
Y resulta singular que los partidarios del procónsul emplean ahora para defenderlo los mismos argumentos que antes empleaban los partidarios del Emperador para atacarlo, con lo que parecen estar dándoles la razón a éstos. Y así por ejemplo dicen que, a fin de cuentas, el nuevo acercamiento a los samnitas y sabinos no es tan grave porque ya se realizó en el pasado, olvidando que eso ocurrió antes de que los sabinos se aliaran, explícitamente, con los feroces asesinos que pueblan las tierras que gobiernan, y olvidando en este punto a Heráclito y sus doctrinas. Y los partidarios del Emperador se regocijan y se frotan las manos, y se han convertido, a su vez, en fervientes defensores del procónsul, lo que en sí resulta significativo. Y así ocurre con el efervescente Angiportus, que es capaz de defender un argumento y su opuesto a lo largo de una misma conversación, manteniendo en todo momento un tono que parece indicar que incluso los asuntos más enrevesados resultan de fácil comprensión para él y que evoca los establecimientos de venta de vinos. Pero quizás convenga hablar de él más detalladamente en otro momento.
lunes, 26 de mayo de 2008
EL EQUILIBRIO DE ARZAIUS
Y es este Arzaius hombre de gesto adusto y modales destemplados, y tiene una prominente mandíbula inferior que le da un aire agresivo al tiempo que le proporciona cierto parecido con el personaje infantil Popóculus el marino. Y es Arzaius hombre de amplios conocimientos al que se atribuye la invención de la técnica de la división del trabajo, mediante la cuál unos agitan el árbol y otros recogen las nueces, incrementando notablemente el rendimiento global de la tarea. Es, además, hombre observador y dotado de excelente memoria, y, aunque parezca difícil de creer, es capaz de decir el nombre del fabricante de las bracarum que llevan sus más íntimos colaboradores debajo de sus togas. También, aunque esto no es inmediatamente deducible de su apariencia, parece ser aficionado al ejercicio físico, y acaba de retar al procónsul a un partido de pelota sabina, que éste parece ansioso por aceptar.
Pero quizás la mayor aportación realizada por Abiectus Arzaius esté en el campo del pensamiento político, pues es uno de los creadores, posiblemente junto con Tulio Medem, de la doctrina de la aequidistantia, máxima expresión de la ecuanimidad, la ponderación y la tolerancia, según la cual en toda relación entre opuestos la virtud se sitúa en el punto medio. Y así por ejemplo en la relación entre un asesino y su víctima, Arzallus se sitúa a medio camino entre la espalda que recibe la cuchillada y la mano que la propina, entendiendo el dolor y la satisfacción que se producen por ambas partes. Y esta doctrina es seguida con entusiasmo por el actual líder de los sabinos.
miércoles, 21 de mayo de 2008
ALGO MÁS SOBRE LA MODA ROMANA
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Y hay que decir que, en sus afanes de modernidad, el procónsul y su nuevo camarada tienen que tener en cuenta, sobre todo, que sus togas deben adaptarse a las modas de los samnitas y los sabinos. Y con respecto a la moda que rige entre los primeros, se dice son muy aficionados a envolverse en un lienzo que llaman “senyera”, y cuando hablan envueltos de este modo la conversación se hace muy difícil, porque cuando se les lleva la contraria alzan dramáticamente los brazos al cielo, se arañan las mejillas, se rasgan las togas y afirman que no se les esta contradiciendo a ellos sino atacando a todo el Samnio que ellos dicen representar, lo que resulta una escena muy vistosa de contemplar. En cuanto a los sabinos, la cosa se complica aún más, porque no sólo acostumbran también a hablar envueltos solemnemente en un lienzo similar, sino que además resulta muy difícil competir con ellos en cuestiones de moda, ya que son modernos desde hace 7000 años. Por el momento, nuestro Emperador ya ha adoptado la moda de las cejas a dos aguas impuesta por su Sumo Sacerdote, y no se descarta que el procónsul acabe perfilando las suyas de modo similar.
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En cuanto a este nuevo camarada del procónsul poco puedo decir de él, pero se comenta que no es raro verlo por el foro hablando solo y murmurando para sí una extraña letanía que dice “quiero ser procónsul en lugar del procónsul”
lunes, 19 de mayo de 2008
DE POLÍTICA Y TOGAS
miércoles, 14 de mayo de 2008
EL PROGRESSUS IMMACULATUS
lunes, 12 de mayo de 2008
LA SIBILA Y EL NÚMIDA LÚBRICO
El caso es que la Sibila no podía increpar al númida como habría merecido, porque ocurre que uno de los pilares de la política del Emperador es la llamada Alianza de la Civilización y los Bárbaros, según la cuál todas las normas y costumbres de los pueblos son igual de buenas y saludables, sean las de Roma o las de los salvajes necrófagos, y según esto, si los númidas tienen poca consideración por las mujeres sus razones tendrán. Y esta Alianza merece un comentario, o varios, aparte, lo que pasaré a hacer en los próximos días.
viernes, 9 de mayo de 2008
EL HECHIZO DEL ECÓNOMO
En cualquier caso ahora el ecónomo se encuentra con serios problemas para manejar el erario de Roma. Porque ocurre que el Emperador es muy aficionado a usar el tesoro para ganarse el cariño de sus súbditos, especialmente el de los samnitas y sabinos, de modo que el ecónomo se ve obligado a pagar sin descanso, y es por eso por lo que es conocido como Petrus Solvens. Y este ecónomo goza de una gran reputación como gestor del tesoro, a pesar de que la última vez que tuvo a su cargo el de Roma dejó exhaustas sus arcas. Pero ocurre que los que se enfrentan con él encuentran muy difícil responder a sus argumentos, y se quedan como encantados mientras el ecónomo habla. Y hay quien opina que la explicación se encuentra en que el ecónomo es, además, un poderoso hechicero y que, cada vez que se pone a hablar sobre sextercios, emplea un tono monocorde, que es como una salmodia que va desgranando un sortilegio que cautiva a su oyente y anula su voluntad y aún su consciencia. Y esto debe de ser cierto, porque cualquiera puede observar que en cuanto el ecónomo comienza a hablar los rostros experimentan una transformación que consiste en que las cejas se alzan como intentando infructuosamente detener a los párpados que irremediablemente van descendiendo, mientras que la mandíbula inferior se va descolgando progresivamente. Y cuando el ecónomo deja de hablar parece que el sortilegio cesa, ya que es frecuente ver como el oyente experimenta un sobresalto y es incapaz de recordar las palabras que el ecónomo ha empleado, con lo que su facultad de argumentar queda muy mermada. Y esto es lo que, según dicen, ha permitido mantener hasta ahora el prestigio del ecónomo, a pesar de que las evidencias no parecen confirmarlo.
jueves, 8 de mayo de 2008
LOS SABINOS Y ESCULAPIO
Y hay quien opina que para los sabinos, como los samnitas, la lengua es la principal herramienta que usan para diferenciarse del resto de los romanos, y que tienen el propósito de acabar creando tales diferencias que la separación de Roma acabe viéndose como la única alternativa natural. Y en esto cuentan con la complicidad del Emperador, para quien Roma es un concepto que se discute y debe ser discutido, y a quien le parece mucho más acorde con la modernidad de los tiempos dividir a Roma en partes y que luego éstas firmen un foedus asimétricus. Y ya se ha empezado a recorrer el camino en esa dirección, y los samnitas aprobaron recientemente un estatuto que, en opinión de algunos, viola descaradamente lo establecido en la Ley de las XII Tablas, máxima ley de Roma. Pero ya se comenta que la jurista encargada de defender esta norma, que pertenece a la gens Emilia y es de nombre Domus, está dispuesta a mirar a otra parte y dar por bueno lo aprobado por los samnitas. Y el procónsul, que antes se oponía tenazmente a este proceso de desintegración parece que poco a poco empieza a mirarlo con simpatía.
martes, 6 de mayo de 2008
LA VIEJA GUARDIA DEL PROCÓNSUL
Es noticia en estos días que el procónsul ha comenzado a licenciar a sus viejos generales, veteranos de mil campañas. Y alguno, como el valiente y clarividente Aurícula Maioris refunfuña ante esa medida del procónsul al entender que prescindir de ellos supone un desperdicio de capacidad, pues lo cierto es que estos generales no son de ningún modo viejos y están en esa edad en la que aúnan la sabiduría acumulada a lo largo de los años con la plenitud de sus facultades. Pero se aduce que estos generales, si bien es cierto que son valientes y leales, no están ganando las últimas batallas, por lo que no deben seguir al mando de las tropas. Pero ocurre que los nuevos mandos del procónsul, los que parecen destinados a sustituir a los viejos generales, no parecen ser mejores estrategas, más bravos o más combativos, sino más simpáticos. Y así parece que el procónsul podría haber llegado a la conclusión de que, dado que el adversario es fuerte, lo mejor para evitar las continuas derrotas es rendirse y unirse a él. Y esto no gusta a muchos partidarios del procónsul, que argumentan que no se trata meramente de ganar o perder como si se tratase de una carrera de aurigas en el hipódromo, sino de las posiciones que se defienden en la batalla, y por eso lo importante es que la causa defendida sea justa y, a partir de ahí, intentar ganar. Y añaden los que esto dicen que, por otra parte, si lo único decisivo fuera ganar o perder batallas el primero que tendría que ser licenciado en la derrota sería el jefe de todos los generales, es decir, el procónsul.
Y así podría resumirse que el motivo de los licenciamientos señalados está en que, si bien los generales no están viejos, sí que tienen algunas partes de sus cuerpos claramente anquilosadas, y así por ejemplo las comisuras de sus labios carecen de la elasticidad requerida para sonreír con la simpatía requerida por el procónsul. Y además sus huesos tienen ya una rigidez que les imposibilita adoptar nuevas posturas, y por eso el procónsul se ha rodeado de nuevos colaboradores cuyas articulaciones parecen notablemente flexibles, y cuyos esqueletos son, a lo sumo, cartílagos, y este parece ser el caso de la sacerdotisa Soraya, nueva mano derecha del procónsul. Y lo cierto es que con todos estos cambios, y a pesar de tanto derroche de simpatía o precisamente a causa del mismo, muchos seguidores del procónsul comienzan a ver el futuro tan oscuro como si se encontraran permanentemente dentro de una catacumba, y muchos de ellos comienzan a pensar que en estos momentos la única luz que puede verse al final del negro túnel es Rosa.
domingo, 4 de mayo de 2008
EL FULGOR DEL EMPERADOR
Pero el caso más admirable de inspiración divina es el del rapsoda favorito del Emperador. Este rapsoda había desarrollado un método de escritura consistente en redactar frases por completo inconexas entre sí, trasladarlas a un pergamino y esperar que el lector atribuyera un significado al conjunto. Y quienes habían tenido ocasión de leer sus composiciones afirmaban que habría sido incapaz de escribir correctamente aunque la misma Calíope entrara en su cubículo y le dirigiera personalmente la mano. Y por eso lo llamaban burlonamente Assurancetourix, en alusión a un famoso bardo de la Armorica conocido por su completa incapacidad para el arte, y ese nombre acabó deviniendo sin saberse cómo en Susodetorix, que es como es conocido actualmente. Y así malvivía este rapsoda hasta que su mirada se posó en el Emperador, por entonces un oscuro funcionario, y en ese momento su espíritu se inundó de su luz, y se vio capaz de emprender trabajos titánicos. Y un día una galera cargada de óleo embarrancó en el norte de Roma poniendo perdida la costa, y el rapsoda se encargó de organizar tumultos y motines contra Josué al aznarita, que por entonces dirigía los designios de Roma, a pesar de que éste no era armador ni capitán del buque, ni había tenido nada que ver con el asunto, y estas revueltas fueron la primera llama que encendió el fuego en que finalmente acabaría sucumbiendo. Y entonces, aún arrebatado por la visión del Emperador, y trascendiendo su natural incapacidad, el rapsoda se lanzó a escribir su más bella hagiografía. Y muchos decían que era imposible leerla sin que las lágrimas aflorasen a los ojos del lector, aunque no especificaban por qué motivo. Y finalmente sucedió que buenos escribas se decidieron a realizar brillantes exégesis sobre esta obra, y así se obro finalmente este prodigio: que el ingenio acabó floreciendo sobre el campo más yermo que jamás habían contemplado las épocas.