lunes, 4 de agosto de 2008

EL TRIUNFO DEL CAOS

La noticia que más revuelo ha provocado en el foro estos días ha sido la puesta en libertad del infame asesino sabino chaos, llamado así porque a lo largo de su infausta carrera se encargó de pulverizar el orden y la pacifica convivencia en Roma, y de sembrar el dolor. Pues este maligno asesino acabó a sangre fría con la vida de veinticinco personas por la mera razón de ser romanos, porque chaos es uno de los más fanáticos seguidores del profeta Sabino, cuya doctrina atrae no sólo a los mediocres, que gracias a ella encuentran razones artificiales para diferenciarse y medrar, sino también a los más viles asesinos, que pueden así satisfacer sus instintos malignos envolviéndolos en causas elevadas. Y hay que recordar que hace algo más de un año nuestro Emperador, secundado por todos sus colaboradores y, en especial, por su praefectus de policía Máximo Mendácitor, abogaba por la puesta en libertad de este miserable asesino, afirmando que el que había matado a veinticinco personas era, en realidad, un amante de la coexistencia pacífica y , paradójicamente, que el chaos estaba a favor de la paz.

Y para alguien que llegara a Roma desde tierras remotas le resultaría incomprensible esta situación, pues este vil asesino ha cumplido menos de un año de condena por cada uno de sus asesinatos, y no sólo no ha mostrado la menor sombra de arrepentimiento por sus nauseabundas acciones, sino que, estando en el ergástulo, se encargó de celebrar los cobardes asesinatos cometidos por sus colegas sabinos. Pero en una parte de la sociedad romana subyacen ciertas ideas sumergidas que, si bien viven en los estratos más profundos de las mentes de las personas, no por eso son menos duraderas. Y una de estas ideas afirma que todas las personas son por naturaleza buenas, y seguirían siendo buenas si habitaran en la naturaleza. Sin embargo, la civilización, y al decir civilización hay que entender aquí civilización romana, se encarga de corromper a las personas al introducir desigualdades y crear, como afirma poéticamente nuestro Emperador, océanos de injusticia. De este modo, cuando una persona que es buena en esencia se ve compelida a realizar actos malvados, la culpable es, en realidad, la sociedad, que de este modo es doblemente culpable, por haber generado en última instancia el daño y por haber corrompido a un inocente criminal. Y a esta idea sumergida que hace que los criminales sean vistos con sorprendente benevolencia se añade, en este caso de chaos, otra que consiste en considerar a los criminales sabinos como luchadores, aunque excesivos en sus métodos, por la libertad de un pueblo oprimido. Y, si bien esta idea ha ido desvaneciéndose poco a poco de la estructura mental de la mayoría de los romanos, continúa intacta no sólo entre los sabinos sino fuera de Roma.

Esto explica que hay una gran parte de juristas en Roma para los que la condena es un mero trámite para asegurar una automática reinserción del criminal en la sociedad. Y sucede que los que así obran muestran una gran benevolencia hacia los criminales, pero muy poca hacia las víctimas de éstos, pues pasan por alto que la condena es también expresión del valor y la consideración que la sociedad atribuye a la víctima o, dicho de otro modo, una medida del respeto que las víctimas merecen a la sociedad. De modo que una sociedad únicamente preocupada por la reinserción del criminal, y que da por hecho una rehabilitación que obviamente no se ha producido, está insultando la dignidad de las víctimas y sus familiares, aumentando de este modo su dolor con la perplejidad.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegra ver que el foro no cierra en agosto, Don Callo. Aunque no hay nada que impida el descanso del Emperador.

Anónimo dijo...

Soberbio razonamiento...

Callo Tácito dijo...

Queridos Striostrea y Sargento, quiero aprovechar, ahora que os tengo aquí, para agradeceros y felicitaros por el soberbio trabajo que estáis haciendo con el esquife de la Argos, que parecía condenado por El Orbe a naufragar. Espero que el patrón organice pronto un sarao para poder saludaros (aunque, en mi caso, lo ideal sería una fiesta toga)

p.s. Al Sargento ya he tenido el placer de conocerlo, aunque no en esta personalidad romana sino en otro avatar.

Aguijón dijo...

Mi querido Callo,
He salido de Tarraco para instalarme una semana en San Lorenzo de El Escorial y luego pasar una quincena en la tierra de los Galos (Galicia). tanto a mí como a mi mujer he hijos nos viene muy bien este tipo de oxigenación que acostumbramos a hacer cada estio.
Me he asomado a los edictos del foro y veo que Ud. sigue en la brecha. Me alegro puesto que me agrada mucho su forma de narrar la situación.
Espero que el Emperador decida algo serio con respecto a este tipo de personajes, deberían pasar en prisión el resto de sus días. Pero el Emperador sigue sin aparecer ni se le espera...
Le mando un fuerte abrazo. Salve,